La vida cristiana es una carrera espiritual y cada día hay que estarla corriendo.
Hoy al despertar tuve la sensación de que voy a comenzar de nuevo y esto es así, ya que, cada nueva mañana es un reto a vivir con la meta de ser hallado por el Señor de una manera que le seamos agradables en nuestro andar.
En esta meditación estoy leyendo:
(1Co 9:24 [RV1960])
¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.
Encuentro aquí que debo correr diariamente con una mente renovada, si esta mañana decido correr de una manera apática seré el cristiano más desanimado, pero si vivo o "corro" con una mentalidad triunfadora, y esto si quiero aclararlo, que no será en mí sino confiando que Dios tiene el control de mi vida entera, entonces cerraré el día con acción de Gracias a mi Dios y una conciencia tranquila.
Por eso es necesario someternos completamente al control del Espíritu De Dios y tomar algunas cosas que sirvan como estrategias para no hacer caso a las insinuaciones del pecado en cualquiera de sus formas y manifestaciones:
1a Corintios 9:26
26 Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, 27 sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.
Oración: Padre Santo necesito de tu fuerza, de tu poder para reafirmar mi voluntad y en este día que voy a correr una ves mas un tramo de esta carrera hacia el cielo, te suplico me ayudes con la fuerza de tu gracia en el nombre de tu Hijo Jesucristo Amén.
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