Mis pasos con Cristo- La felicidad verdadera

Salmo 1:1-3
 1 Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sal 26:4; Pr 1:10; Pr 1:15; Pr 4:14-15; 1Co 15:33; Ef 5:11; 2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche. Dt 6:6; Dt 17:19; Jos 1:8; Sal 119:1; 3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará. Jer 17:8;

El deseo de ser felices esta en todo ser humano, quizás en algunos apagado por el sufrimiento y en otros "rebozando" porque disfrutan en la abundancia de bienes materiales.
Pero Dios esta llamando felices, dichosos y bendecidos por El a todos aquellos que han encontrado en El la fuente de todo su bien.

Para algunos la clave de la felicidad esta en encerrarse a cumplir con las demandas del día, como son;
1.- desarrollar bien el empleo en el que están
2.- Conseguir las metas trazadas para ese día
3.- Tratar lo mejor posible con su familia
Y déjeme decirle que esto es bueno, pero no lo mejor, porque lo que verdaderamente es lo primordial es Dios y sus preceptos.
¿Queremos ser verdaderamente felices? aquí esta la respuesta, poner nuestro corazón en la ley de nuestro Dios, y no solamente eso, sino profundizar meditando en ella día y noche, esto es tenerla siempre presente.

El cristiano que se deleita y medita en la ley de Jehová pronto experimentará la transformación, la bendición de la Gracia de Dios para su vida interior "...será como árbol plantado junto a corrientes de agua..." estará siempre saciado y su camino será bendecido porque;
1.- "...dará fruto a su tiempo..." Crecimiento espiritual 2.- "...su hoja no cae.." Vigor espiritual
3.- "...y todo lo que hace prosperará..." La Gracia de Dios a su favor

Señor: Esta mañana guarda mi corazón en tu presencia, que mi mente esté siempre recordando lo precioso de tus mandamientos y con la fuerza que tu Espíritu Santo me da al morar en mi interior sea yo un testimonio a los que me rodean, de que en verdad Tu bendices a los que ponen su confianza en ti.
En el nombre de tu Hijo amado Cristo Jesús. Amén