No hubo un momento mas angustioso en el que nuestro Señor Jesucristo experimentara el sufrimiento en extremo, como el que sufrió en las ultimas tres horas.
Estaba rodeado de tinieblas y colgado en una cruz cuando exclamo esta palabra de desesperacion, pues el Padre lo abandonó en ese instante, pues a la vista de Dios solo era un cordero cargando los pecados de la humanidad.
Hoy comparto esta cápsula para que nuestro corazón sea llevado a reflexionar y meditar en nuestro corazón sobre el que es el Autor de nuestra Salvación Jesucristo nuestro Señor y Salvador.
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