(Fil
1:21 [RV1960])
Porque para mí el vivir es Cristo, y el
morir es ganancia.
Introducción:
“La vida es una y hay que disfrutarla” es el lema de mucha gente y es también
la filosofía de vida, la Biblia nos dice que “tal es el pensamiento en el
corazón del hombre, tal es el” así que el comportamiento de todo ser humano
está moldeado por todo lo que piensa y todo lo que piensa y habla es el reflejo
de su verdadero ser.
El
ser humano se ha dado a vivir para todo lo que considera que le beneficia y le
ayuda, y aunque se ha hecho de dioses de todo tipo de metal plasmado en ídolos,
pues para esto el vive su vida.
En
las palabras del apóstol Pablo “porque para mi el vivir es Cristo”… nos habla
de un hombre que logró entender porque existía y para que, entendió que Dios lo
había salvado entregando a su Hijo Jesucristo y ahora en la segunda fase de su
llamado el había de entregar su vida para que el Nombre de Dios sea glorificado
a través del testimonio de su forma de vida, el apóstol entendió que debía de
vivir su vida para Dios ¿Para quién la vive usted? Y ¿para que la vive usted? ¿
Su filosofía esta muy parecida a la del mundo, vivir solo para usted y para lo
que a sus intereses humanos le convienen?.
Creo
que necesitamos entender que ahora nuestra vida no nos corresponde vvirla como queramos
sino vivirla para Dios como siervos sacrificados y llevar fruto para su gloria
esto significa vivir siendo unos verdaderos discípulos de Cristo.
Propósito de vivir para Dios:
a)
Llevar mucho fruto para Dios, esto quiere decir que ahora en nuestra nueva posición en Cristo como
discípulos de El, nuestra vida será una evidencia para que otros quieran de la
salvación que se nos ha dado gratuitamente (Jn 15:8
[RV1960])
En
esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis
discípulos.
Y no solo es llevar fruto de conversión
en donde sea agradado Dios en nosotros sino que sea muy abundante (Jn
15:16 [RV1960])
No
me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto
para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo
que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
La abundancia de fruto para Dios nos
abrirá el beneplácito de su gracia para que se nos de todo lo que pidamos claro
según su perfecta voluntad, no según nuestras peticiones egoístas (Stg
4:3 [RV1960])
Pedís,
y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
b) Adoptar un estilo de vida de
servicio y negación propia
Esto
demuestra la disponibilidad de morir a nosotros mismos para experimentar la
libertad de vivir para Cristo y su reino, demuestra que estamos dispuestos a
sacrificar Todo por amor a su Nombre y la vida
será valorada de una manera correcta porque estará evaluada a la luz de la
Palabra de Dios y lo material dejará de ocupar el primer lugar que tuvo en
nuestro corazón antes de venir a Cristo Filipenses 3:7-8 Pero cuantas cosas
eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la
excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he
perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo. El apóstol Pedro hace
eco de las mismas palabras y de la misma condición en su primera carta capitulo
1:17-19 Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de
personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de
vuestra peregrinación; sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la
cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o
plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y
sin contaminación,
c) Morir para vivir
Dios dice en (Jn
4:14 [RV1960])
mas
el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua
que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
Con esto podemos ver que la voluntad de
Dios es que experimentemos la libertad interior, que esa paz y gozo que se
viven cuando hemos sido libertados de nuestro pecado mismo por la salvación que
Dios nos ha dado en Cristo se viva día con día y para eso es necesario que
tengamos siempre presente la cruz (Lc 9:23 [RV1960])
Y
decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome
su cruz cada día, y sígame.
(2Co
4:10 [RV1960])
llevando
en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la
vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos.
Las
exigencias de la fuerza del pecado en el mundo, en nuestro propio interior y los
mismos ataques de diablo quedarán neutralizados por el poder de Dios al
operarse la muerte de Cristo en nosotros, seremos guardados totalmente bajo su
protección de Dios y disfrutaremos de su gloriosa presencia en nuestra propia
existencia, el Espíritu de Dios se abrirá camino a través de encontrar una
voluntad rendida a su potencia transformadora y vivificante.
Hemos sido crucificados con Cristo para
que ahora podamos vivir siendo siervos y esclavos de El en este mundo, y
tenemos la seguridad que sea que vivamos o que muramos somos del Señor y
nuestro deseo debe ser el de glorificarle tanto en la vida como en la muerte
para encerrar estas dos cosas en (Gá
2:20 [RV1960])
Con
Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y
lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me
amó y se entregó a sí mismo por mí.
Romanos
14:7-9 nos dice
Porque
ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos;
y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos,
del Señor somos. Porque Cristo para esto murió y
resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que
viven.
La
mente de Cristo, una mente con pensamiento de servicio sacrificial debe ser
reflejada en nosotros, esos pensamientos de humildad y abnegación deben de
estar presentes en todo lo que hacemos en nuestra vida ya que vivimos siendo
sus discípulos, sus seguidores y sus aprendices ¿Qué nos dice el apóstol Pablo?
En Filipenses 1:20-21 conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré
avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será
magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte. Porque para mí el vivir es Cristo, y el
morir es ganancia.
Conclusión: Para terminar entonces podemos decir
que el llamado que Dios nos ha hecho a ser discípulos en Cristo nos lleva a
vivir una vida totalmente comprometida con El y su reino demostrándolo por una
vida que lo ama sobre todo, y libres para ir donde nos guíe y nos lleve pues
debemos considerarnos extranjeros y peregrinos y finalmente ahora somos siervos
sacrificados para su gloria.
No
menospreciemos este bendito llamamiento que es un gran privilegio vivír y
servir a un Dios vivo y eterno quien ha demostrado su gracia desde antes de la
fundación del mundo para todos los que hemos recibido a Cristo como salvador y
señor personal. ¡A El SEA LA GLORIA POR
TODOS LOS SIGLOS AMEN!
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