miércoles, 3 de abril de 2013

Hebreos 10:19-25 ¿Porque y para que reunirme con la Iglesia?

 19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, 21 y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. 24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; 25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca. 

Muchos tienen en poca estima las reuniones con la Iglesia y esto es una muestra de inmadurez. Dios desea que nuestra vida cristiana sea firme y sea fortalecida con la comunión espíritual con los demás hermanos ya que es ahí donde Dios derrama abundante Gracia sobre su pueblo. No nos separemos del cuerpo creyendo  Busquemos la unión corporativa.

¿Para quien es Hebreos 10:26-31? ¿Como se interpreta?

 26 Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados 27 sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. 28 El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente.  ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? 30 Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo.  ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo! 

La salvación es tan segura como el saber que estamos vivos, le invito a que escuche atentamente este mensaje y confíe en el evangelio que Dios a traído del cielo en Cristo, el evangelio de la Gracia eterna  y deje de creer en el "evangelio nacido de la tierra" el evangelio de obras, para alcanzar lo que solamente por la gracia y misericordia Dios nos ha dado, Su salvación.